Introducción
¿Cómo
abordar los procesos de independencia no solamente como
hitos del pasado sino como movimientos
físicos y de ideas que configuraron una visión
de la historia y ritman hasta hoy la cambiante
geopolítica mundial? Solo así podríamos
comprender esa compleja interacción entrecomponentes
económicos, sociales, culturales, territoriales
y políticos que han actuado en este novedoso
proceso –nunca antes ocurrido en la historia de
la humanidad- que se desarrolló de 1776
a 1824 y que comprendió la Independencia de las
nuevas naciones surgidas en América, la Revolución
Francesa y las luchas de independencia en Europa Central.
Y un siglo después fue la referencia
conceptual inevitable para el nuevo ciclo de Independencias
que llevó adelante Africa y
Asia a nombre de la soberanía nacional y la autodeterminación
de los pueblos. Gracias a la caída
de las monarquías absolutistas y las potencias
coloniales se creó el nuevo orden mundial fundado
sobre la base de los emergentes Estados Nacionales independientes.
¿Es
posible una lectura de la Independencia desde una visión
contemporánea? Toda lectura tiene
la impronta de su época, de su circunstancia,
y ésta no es la excepción. No para "rectificar" el
pasado sino para entender que son procesos “abiertos”en
el tiempo. En latín conmemorar significa aprender. Conmemorar la
Independencia significaría repasar lo aprendido en
estos 200 años,
sopesar lo avanzado, asumir las promesas incumplidas
y las metas truncadas. No se obtiene
ninguna enseñanza si se piensa que éstos
son asuntos de un pasado clausurado que no
guardan relación alguna con el presente. Un buen
ejercicio conmemorativo requiere de una visión
de conjunto que vaya más allá de una narrativa
fragmentada y lineal. Se trata de una incursión
a las estructuras del pasado para repensarlo con ojos
epistémicos abiertos (y no jerárquicos),
ver su entramado complejo, las “conexiones”entre
el Norte, el Sur de las Américas y
Europa, pues en esa lectura cruzada se encontrarán
las líneas de continuidad y de ruptura de
estos procesos y de las comparaciones surgirán
los déficits interpretativos,
amén de localizar los cuentos,
mitos y silencios prefabricados, como las ambigüedades
interesadas que se han vuelto
lugares comunes de la historiografía predominante
de estos 200 años.
*
Economista y filósofo, ensayista, autor del Humanismo
americano.Filosofía de una comunidad de naciones.
FCE
2001. Funcionario internacional, Jefe de la Sección
de Políticas Culturales de la UNESCO, París.
1.
Creación,
recreación y experimentación en la historia
de las Américas
Toda
la historia de las Américas hasta antes de la
conquista europea ha estado pautada por
una vida material y espiritual endógena, generada
por la manera cómo estas poblaciones se relacionaban
con su propio medio geográfico, logrando 5 mil
años antes de la era cristiana entrar en
una edad cultural que les permitió formas originarias
de organización social, agricultura, saberes
medicinales, cosmogonías, técnicas de recolección.
Esta intensa vida hecha de experimentación,
de saber empírico, los llevó a construir
3000 años antes de la cristiandad Ciudades
Sagradas bien trazadas como Caral, contemporáneas
de las ciudades mesopotámicas, China
y Egipto. Con esos saberes y técnicas que se fueron
acumulando los reinos Mayas construyeron
dos mil años después de Caral sus sofisticados
palacios y en el área andina se edificó esa
esmerada red de caminos, que sumaron 7 mil kilómetros,
conocidas hoy como los Caminos
del Inca (Qapac Nam)1
Con
los procesos de Conquista, estos saberes colectivos se
confrontaron con los que aportaron
los europeos, en todos los campos: técnicas de
agricultura, construcción de casas, tratamientos
de salud, creación de instituciones, formas de
culto religioso, técnicas musicales, recetas
gastronómicas, de modo que se instauró una
dialéctica donde coexistieron tanto prácticas
de sincretismo, como de resistencia, de creación, de re-creación (sumando
los aportes). A
pesar de los intentos de imponer sus modelos y sus normas,
la dominación colonial se encontró con
la oposición de estructuras sociales y tecnologías
endógenas. Por eso, en cuanto al
cumplimiento de leyes, la Autoridad local decía,
"esta Real Orden se acata pero no se cumple". Igual
se decía en otros ámbitos.
Estas
dinámicas han marcado la vida material y espiritual
de los pueblos americanos, una
manera de acercarse a la realidad, cercana a la experimentación,
que ha dejado su impronta en
el campo político cuando se trató de luchar
por la Libertad individual y la Independencia de las
naciones y cuando se comenzaron a construir la nueva
institucionalidad
republicana. Por eso, la primera
idea que desearía desarrollar es la de experimentalismo
americano, que nos permitiría comprender
el proceso de construcción de los Estados-Nación
tras la Independencia. Para poder percibir
su importancia en la estructuración de las realidades
sociales que surgieron y surgen en nuestro
continente, es necesario tomar en cuenta este concepto.
La
noción de experimento -como sabemos- está relacionada
con el surgimiento de la ciencia
moderna. La observación, la manipulación
de los fenómenos, la utilización de instrumentos
o incluso el recurso de experimentos sociales forman
parte de la experimentación en
Occidente. Un rasgo característico en este proceso
de creación científica fue la preeminencia
de la teoría sobre la experimentación. El
uso de la experimentación en los procedimientos
científicos
tenía legitimidad –al menos para una gran
parte de la comunidad de científicos- en tanto
que ella confirmaba la validez o no de una teoría.
La teoría guiaba en algunos casos los procesos
de experimentación como es el caso de los experimentos
mentales, en otros casos eran
los procesos experimentales que servían de hitos
para rectificar o incluso dejar de lado una determinada
teoría como ocurre con las ciencias físicas
experimentales. En suma, toda teoría se
presenta como una descripción formal de
las estructuras de la realidad, mientras que el experimento
era contemplado como un procedimiento para dar un contenido
empírico, verificable, a
una determinada construcción teórica. Las
ciencias sociales no han sido ajenas a esta visión
de la ciencia. Esta idea está presente incluso
en la base misma de los trabajos de los padres de la
sociología occidental, Emile Durkheim y Max Weber.
La
preeminencia de la teoría sobre la experimentación
es la forma moderna de un antiguo
prejuicio: la preeminencia de la teoría
sobre la praxis. Presente en todos los pensadores de
la Antigüedad y del Medioevo 2 ,
algunos autores como K. Marx han querido romper este
prejuicio enunciando a partir de una teoría, la onceava
tesis de L. Feuerbach, la preeminencia de la
acción. Con lo que Marx adhiere sin saberlo a
la antigua escuela materialista china.
A
diferencia de los preceptos europeos en torno de lo político
y lo social, el experimentalismo
americano surge de lo concreto, nace de la vida, la naturaleza
y la historia, siendo
muchas veces una práctica social sin discurso.
No es una prédica nacida de alguna escuela,
sino una manera de sentir el mundo, una manera de organizar
las instituciones políticas y
sociales que se arraiga en la realidad. No es la teoría
la que dirige la práctica. ¿Es obligatorio
epistemologicamente que toda práctica se inscriba en una teoría?
Por esto es que con frecuencia
a los observadores de otras partes del mundo le resulta
difícil clasificar, según sus propias
categorías, las experiencias políticas
o sociales latinoamericanas.
Quizás
la primera confrontación entre el experimentalismo
y el teoricismo se produjo en el
célebre debate de Valladolid que opuso dos formas
de humanismo: el humanismo renacentista representado
por Juan Ginés de Sepúlveda y el humanismo
nuevo del dominico Bartolomé de las
Casas. Frente a un humanismo que centra su mayor interés
en la cultura y el saber como fuentes
de transformación del Hombre (mediante el estudio
de los textos y las lenguas clásicas), se
puede decir que el humanismo americano avala lo esencial
de esta actitud. Pero el humanismo
lascasiano es un humanismo encarnado en la realidad,
se fundamenta en buena parte
en el conocimiento de las prácticas sociales y
culturales, las formas de vida concreta del hombre
americano. Durante el debate acerca de la humanidad o
no de los indios (1550), Las Casas
enfrentará al famoso humanista Ginés de
Sepúlveda, el cual se apoyaba en la autoridad
de Aristóteles para afirmar la desigualdad de los
indios. Mientras que Sepúlveda aplicaba la tesis
aristotélica
de que el ordenamiento social reflejaba lo que es prescrito
por la naturaleza, ordenamiento
que justificaba la existencia de seres por naturaleza
serviles, los hombres americanos,
Las Casas presentaba como argumento el alto nivel alcanzado
por el hombre americano
en aspectos de cultura y de civilización (alcanzando
estándares comparables a los de las
altas civilizaciones), lo que demostraba fuera de todo
apriorismo su condición humana y por tanto
su condición de hombre libre.
Es
importante notar que la visión holística
y pragmática de Las Casas, orientada más
a rescatar
lo esencial del humanismo que a la creación de
un discurso de prestigio 3,
le permitirá fundar un verdadero universalismo,
una experiencia de lo humano que siendo americana puede
ser extensible a otras regiones del mundo. Por esta razón,
no detiene su defensa de la dignidad humana
en el hombre americano sino también realiza una
vigorosa lucha por el reconocimiento de
la humanidad del africano, del Hombre en su condición
histórica, lo que constituye un legado plenamente
vigente en la hora de los movimientos por la Libertad
y la Independencia. Estos ideales
de antigua data en la historia de la humanidad fueron
asumidos en América como una demanda
muy práctica: libertad para los vasallos de la
Corona y los esclavos, e indepencia para las
naciones colonizadas.
2.
El Movimiento por la Independencia y la Libertad en
las Américas y Europa (1776-1824)
La
visión fragmentada que predomina sobre este período
revolucionario tanto del lado europeo
como del americano, llevado al extremo por las historias
nacionales, condujo a opacar y hacer
casi imperceptible el alcance mundial, geopolítico,
de este poderoso movimiento. Dos fueron
las ambiciones que motivaron la rebeldía en ambos
lados del Atlántico: Libertad e Independencia.
Libertad para los individuos, a fin de que dejaran
de ser vasallos de un Señor, el monarca
o sus representantes. La Independencia en cambio poseía
un carácter colectivo, pues son
los pueblos que se liberan para construirse como
naciones soberanas. No obstante, el vínculo
entre Libertad e Independencia fue indisociable en los
procesos revolucionarios americanos,
pues en un mismo movimiento se buscada satisfacer tanto
demandas individuales como
colectivas. Así lo reconoce claramente la Declaración
de Independencia de las 13 colonias unidas
de América: "That these United Colonies
are, and of right ought to be Free and Independent"(1776).
En
términos semejantes se habían manifestando
ya otros movimientos y líderes intelectuales
tanto en América del norte como en el Sur, y en
Europa fue la levadura de la Revolución
Francesa. En el caso de Suramérica, en ese año
de 1776 Túpac Amaru se niega a enviar
la "cuota de mitayos" de su cacicazgo destinados
a trabajar con salarios de muerte en las minas
de Potosí, lo que fue considerado un grave acto
de rebeldía. Con esta decisión inicia los preparativos
de su rebelión, que estalla en 1780, adoptando
como una de sus primeras medidas la
abolición de las mitas (es decir el trabajo no
remunerado) y la libertad de los esclavos.
La
estrategia discursiva de los independentistas americanos
incluía promesas de una liberación
de la fuerza de trabajo servil en aras de un estatuto
ciudadano que diera la igualdad a blancos
ricos y pobres, indígenas y negros. Estos ideales
tuvieron una gran resonancia en Europa
donde la lucha se planteaba en términos de un
cambio de régimen: la caída de la monarquía
liberaba al Hombre de su condición de súbdito
y le permitía acceder, gracias a su trabajo
y sus méritos, a la igualdad de oportunidades.
La ecuación buscada era libertad con igualdad.
Era la agenda de la revolución que se gestaba
en Francia.
La
difusión de estos ideales en Europa, sea en la
literatura de savants como en la praxis,
avanzó por los caminos de la prudencia. En l’Encyclopedie
de Diderot, de tanta influencia entonces,
el término Independencia no tiene una significación
propiamente política. Existen varías
referencias vinculadas a la noción de dependencia de
un infante de sus padres, o a la falta
de autonomía de una persona minusválida,
o a la clásica dependencia de un súbdito
frente a
su Señor. Sin embargo, se podría decir
que la noción de dependencia/independencia política
y social
estaban ya en el espíritu de la época.
Una de las primeras críticas directas a la administración
monárquica, la encontramos por ejemplo en la edición
de 1781 de la Historia filosófica
y moral de las dos Indias, del Abate Raynal, cuya
revisión y ampliación se beneficio de la
prosa rebelde de Diderot. Allí los filosofos se
valieron de una estratagema para criticar deolutista,
que se resume en: "la administración es corrompida y
cruel pero el Rey es impecable". Esta edición
le valió a Raynal un discreto exilio en Holanda
y a Diderot pasar a la clandestinidad.
En "El viento de América, 1778 - 1782",
2do. volumen de la documentada serie Les hommes
de la liberté, compuesta de 5 tomos y especializada
en siglo XVIII, el historiador Claude Manceron
resume el panorama entre Europa y las Américas
de este modo: "el gran affaire es la guerra
en América. Francia fracasa en su intento de invadir
Inglaterra, pero sus grandes navios van
a ayudar a la victoria de Washington, de La Fayette y
de Rochambeau. La fuerza del viento de
América levantan una tormenta sobre las rígidas
estructuras de Francia, donde Necker es renunciado
y Raynal exilado por el hombre que sube al poder, Vergennes. ¿Qué importa?
Maria Antonieta
, comienza a "inclinarse" hacia el conde de
Fersen (oficial en América), y da a luz el Delfín
del reino, pero los parisinos parecen estar mas interesados
en la canasta de Mesmer.
Pero
las terribles maldiciones de Diderot se hacen eco de
la debelación sangrienta de la gran revuelta
en el Perú conducido por Tupac Amaru" (Robert
Laffon edit, París 1974). Donde
la ecuación Libertad e Independencia fue casi
perfecta fue en Haití. Desde 1790 se
luchó tanto por la abolición de la trata
como por la independencia del país. Era la colonia
francesa más rica, pero La Convención no pudo concederles
la libertad y la igualdad, que sí otorgo
a los hombres de la metrópoli. Sólo en
1804, luego de una cruenta lucha, obtuvieron la libertad
y la independencia. Dos años después Napoleón
envió una numerosa expedición de reconquista.
La
influencia de la América independiente en la Revolución
Francesa es muy conocida. La
idea misma de "Independencia" de un país
frente a una potencia europea, despertó mucho
interés,
y la capacidad de creación y experimentación
de los americanos en materia social y económica
sorprendió a muchos. ¿Si las colonias se
independizan por qué no lo súbditos europeos?
Versalles contribuyó con la Independencia Americana,
enviando una expedición de 4 mil
hombres. El Rey mantuvo por eso una relación privilegiada
con los embajadores norteamericanos
(Franklin, Jefferson, Morris etc), quienes no solo aconsejaban
a la Corona en algunos
asuntos de estado, negociaban el canje de deudas (pagar
la deuda con trigo), sino que mantenían
también una relación cercana con muchos
de los emergentes líderes revolucionarios, como
Condorcet, Laffayette, Brissot, fervientes seguidores
de la revolución americana. Esta complicidad
se enfrió en el período del Terror, cuando
reinó la guillotina, y se volvió francamente
antagónica
cuando Napoleón instauró un Imperio.
Queda
claro que el poderoso movimiento social por la Libertad
y la Independencia constituyó un
proceso en extremo complejo, sólo explicable si
se toma debidamente en cuenta tres
componentes, que a veces son dejados de lado en las lecturas
clásicas:
a.
El despegue de las fuerzas productivas en ese momento,
especialmente en la region nor-este
de norteamerica, y de actores sociales emergentes, como
eran las burguesías de la metrópoli
y las colonias, que exigían sin ambiguedad: "libertad
de los mares, libertad de comercio",
b.
Los factores de poder Estatal que tuvieron un gran peso
en el juego de las decisiones y estrategias:
los Casas Reales de España, Francia e Inglaterra,
c.
La participación activa, social y productiva,
de fuerzas sociales resistentes a la dominación
colonial, como eran los esclavos negros, los pueblos
indígenas, las oblaciones
mestizas y las mujeres trabajadoras.
El
encuentro excepcional, en términos históricos,
de estos tres componentes configuraron
el ciclo de la Independencia y la Libertad, que
encuentra su punto culminante entre 1776,
con la Declaración de Independencia de los Estados
Unidos, y 1824, con la Batalla de Ayacucho
que con la derrota de España libera a Suramérica.
Este período se articula con otros grandes
acontecimientos, muy interrrelacionados entre si, como
la Revolución Francesa (1789), la
Revolución abolicionista e independentista haitiana
(1804), la abolición definitiva de la trata negrera
en Inglaterra (1806), la ocupación napoleónica
de España (1808) que dará lugar a las Cortes
de Cadiz y legitima poderes autónomos en Buenos
Aires, Santiago de Chile, México, Quito
(1810), la Independencia de Venezuela (1812), y la Independencia
del Perú (1821).
A
semejanza del Nuevo Humanismo representado por Las Casas,
con las gestas independentistas
se da otra revolución de orden no sólo
político-social, sino epistemológico: ¿qué representó sino
para la Ciencia Política, para el Derecho Internacional,
para la Historia de las
naciones el proceso de Independencia de los americanos?
Este era un concepto tan de vanguardia
que los enciclopedistas no lo incluyeron en las entradas
de sus célebres volumenes. Si
revisamos la acepción correspondiente, podemos
encontrar tres o cuatro nociones de independencia:
la independencia del hijo frente su padre, del esclavo
frente al amo, pero ninguna
se refiere a la dimensión política y colectiva.
La formación de estos conceptos se inserta en
la singular realidad histórica americana, son
procesos socio-históricos. En el camino se forjaron
otros conceptos vecinos como separatismo, disolución
de obligaciones, absolución de cargas,
después emancipación. Y hasta que
se plebiscitó el término independencia.
Gracias a este
concepto, se generó una revolución el el
orden colonial instaurado por las potencias europeas,
de la que se sirvieron luego otros continentes como África,
Asia y Europa central. Pero también
la idea posible de una sociedad mundial de Hombres libres,
con hombres y mujeres tanto
de las metrópolis como de las ex-colonias.
Este
aporte al avance de la causa de la humanidad se olvida
con frecuencia, pues la versión
historiografíca predominante insiste en la idea
que: "Rousseau fue el autor intelectual de la
independencia. Los uniformes de los Libertadores eran
napoleónicos". Efectivamente se leyó mucho
a los ilustrados, y los insurgentes utilizaron a veces
uniformes y tácticas que correspondían
a los usos militar de esa época, pero incluso
en esto hubo mucha creatividad política
y militar. San Martín constituyó su Ejército
del Sur reclutando mapuches, guaraníes, aimaras,
negros libertos y cimarrones, y recurrían tanto
a las estrategías de las guerrillas, las montoneras
y a la guerra formal 4 ,
lo que les permitió entrar en Lima sin disparar
un solo tiro 5.
En las Cortes de Cadiz se preguntaban, ¿cómo
organizar de modo institucional los 25 millones
de kilómetros cuadrados con que contaba
la América hispana?, ¿Cómo estructurar
los nuevos estados? ¿cómo
elegir las autoridades? La gente de Miranda decía: "no,
para la América del Sur
es necesario un Inca". No es que buscaran
un Inca del Cuzco, sino que se crearía la institución
de mando supremo llamado Inca, encarnado en dos representantes,
uno para la Capital y otro para
que recorra el Continente. Todo esto fue un proceso de
creación, experimentación
y propuestas. Se discutió también
si la división administrativa de las unidades territoriales
serían las municipalidades, los
condados (siguiendo la tradición inglesa) o las prefecturas
(siguiendo la división francesa).
Era –claro está- un desafío enorme
organizar política y socialmente
tan inmenso territorio. Para el sur de suramérica
surgió la propuesta de creación de una Confederación de Provincias del Sur, luego
configurada como República de Argentina.
Visto desde un período largo, el experimentalismo,
el hacer su propia experiencia, es una tradición
de este Continente. Así como
se acuñó en su momento el concepto de independencia, una
hermana de ésta fue después la autodeterminación
de los pueblos, y en el siglo XX la Doctrina
Estrada que postula la no injerencia en los asuntos internos
de las naciones y de los Estados. Una
contribución al mundo en el plano jurídico-político
que hay que valorar debidamente.
Esta tradición de experimentación política
se manifiesta plenamente hasta el presente, desde
la Revolución Méxicana –la
primera revolución del siglo XX-, el gobierno
popular de Jacobo Arbenz en Guatemala,
la Revolución Cubana,
el Socialismo Democrático de Allende, la Revolución
de los militares nacionalistas en Perú,
Ecuador y Panamá, hasta la Revolución Sandinista,
todos ellos han sido proyectos políticos
nacionales que han perfilando sus propios modelos
mas alla de las ortodoxias, con lo que mostraban una
notable plasticidad para acomodarse
con sus realidades. La ciencia política
convencional, guiada por una epistemología occidentalo-centrista,
tiene dificultades para conceptualizar a las experiencias
que surgen en la región.
No entiende la aparición de proyectos
alternativos, la existencia de la alteridad en la política,
como si la práctica política
no tuviera identidad alguna. El estribillo conocido es "es populista
/ es heterodoxo/ es sui generis". Hacen
esfuerzos para entender porqué el PRI gobernó 70
años (mas eficaces que el PCUS, sin tratar
de hacer juicios de valor), ni tampoco se explican porqué el
Peronismo se mantiene desde los años
40 y gobierna hoy en día. No perciben con claridad
el papel de las clases medias y la necesidad de las alianzas
en un “bloque de poder”. Cuando
algo escapa el canon establecido, dicen: "no,
eso es un Gobierno autoritario y populista". Un
líder del Caribe no tiene porque actuar igual
que un ministro suizo. Puede ser que se hable
alto y fuerte y se ponga camisas floreadas, pero eso
no tiene
nada de autoritario. A este modo de
ser del hombre americano de sur y del norte, se le llamaba
el en el ciclo de las revoluciones el
Rusticatio americano.
3. Un difícil tango de cinco: América anglosajona,
América hispana, Inglaterra,
España y Francia
Muchas historias nacionales se han esforzado por narrar
el proceso de Independencia enfatizando
los parámetros locales de la acción
y disminuyendo la importancia de los poderes
fácticos
exteriores, sean de la región (expediciones
Libertadoras), el continente (influencia de los
Estados Unidos) o internacionales (España, Francia,
Inglaterra). Es relevante tener claro el
escenario de poder real donde se movieron las fuerzas
sociales por
la Libertad y la Independencia. Las
grandes potencias de la época
disponían de ejércitos, poder económico, influencia cultural, hacían alianzas diplomáticas
en unos casos y en otros se declaraban la guerra.
Sus políticas coloniales eran fuente de poderío,
prestigio y dominación. Los períodos de máxima influencia de estas potencias serían
grosso modo los siguientes:
i. España alcanzó su mayor
poderío entre
1500 y 1650, cuando dominaba América, Flandes, Holanda, Nápoles.
ii. El siglo francés fue de 1650
a 1750 cuando prosperaba en Córcega, Haití,
Senegal, La Martinica, La Reunión.
iii. El poderío inglés
duro siglo y medio, de 1750 a 1900, cuando además
de sus colonias en América y
la India dominaba en casi todos lo mares y su comercio se
expandía raudamente.
En relación a los procesos de liberación de
las colonias americanas, el juego estratégico
entre estos actores se presenta del siguiente modo:
*
Para perjudicar a Inglaterra, Francia apoya la guerra de
independencia de la América anglosajona con prestamos financieros y un ejército
de 4 mil hombres.
*
España, que tiene conflictos menores con Inglaterra
por la posesión de Gibraltar y La Florida,
apoya de modo parcial la Independencia de la América
inglesa, especialmente en la guerra
de 1781. En Pensacola, siendo capitán
del ejercito español, Miranda luchó con las
tropas independentistas norteamericanas.
* Francia se interesa por la independencia de la América
hispana durante primera etapa de la
Revolución Francesa (1789-1878). Existe la corriente
de los “brissotins”, partidarios de
Jacques-Pierre Brissot, amigo de los americanos. Con la
instauración
del Imperio napoleónico el interés
no sólo
desaparece sino que se hostiliza a los activistas hispanoaméricanos.
* A nombre de la “libertad de
comercio” y la “libertad
de los mares”, Inglaterra apoya la independencia
de la América Hispana a comienzos del
siglo XIX. Tienen tratos con Miranda y Juan Pablo Vizcardo y Guzmán.
*
Estados Unidos reconoce la Independencia de Haití (1804),
establece un comercio sostenida con
esta próspera isla, y manifiesta su
apoyo a la independencia de la América
hispana. Es cuando ayudan en secreto a la expedición
de Miranda (1806) , que termina, tras
el fracaso de la expedición, con la ejecución
por horca de diez oficiales norteamericanos
6 .
*
Ante la invasión napoleónica a España
(1808), Inglaterra apoya militarmente a España y reduce notoriamente su apoyo a la causa independentista
en América.
* Con el descenso gradual del poderío español
en América por la ocupación de la peninsula,
Estados Unidos e Inglaterra acentúan su
comercio con los países hispanoamericanos.
* Cuando en Buenos Aires, Santiago, Lima se producen sus
respectivas declaraciones de Independencia,
en sus puertos están acodados navíos
mercantes norteamericanos y buques de
la Armada inglesa 7 .
La incorporación de una visión geopolítica,
con frecuencia ausente en la historiografía tradicional,
permitiría superar las visiones fragmentarias
que se tienen de las conexiones que existieron
entre procesos tan interdependientes, como fueron la Independencia
Americana, la Revolución Francesa
y nuestros propios procesos, y el papel de las potencias
europeas. Entre los cinco hubo muchos
cálculos estratégico
y lógicas económicas distintas. El establecimiento
de alianzas y antagonismos eran muy
volatiles.
Puesto el escenario, veámos a los protagonistas.
La Declaración de Independencia de Estados
Unidos, elaborado por un escritor e intelectual como Jefferson,
fue una novedad mundial, pues hasta
entonces “declararse independiente” no
era una categoría jurídica reconocida: ¿qué significa
que una colonia se declare independiente? El panorama histórico
por tanto es éste: estamos en
1780 en el momento en que Washington libra una guerra decisiva
contra Inglaterra para hacer efectiva
su independencia, mientras que Túpac
Amaru está levantado en el Sur, todo el
Continente está movilizado. Es necesario profundizar
el estudio de los vínculos entre el proceso
de Independencia de los Estados Unidos, el de la América
Hispana, y el del Caribe francés 8 .
Cada vez se conocen más archivos sobre este período,
como los de Rufus King y del Gobernador Morris, embajadores
de Estados Unidos en Londres y París 9 .
Cada uno luchaba contra su propia Metrópoli.
Hay pistas valiosas, como la seguida por la historiadora
Carmen Bohórquez para el estudio
de la “ideología
criolla” 10 de
Francisco de Miranda. El combatió en Pensacola
como oficial del ejército español,
en apoyo a la causa norteamericana. Luego
mantuvo con ellos una relación privilegiada, pues
vivió en Filadelfia entre 1783 y 1784, después de
abandonar el ejército español. En ese período
fragoroso, cuando se gestaban los primeros movimientos de emancipación, las primeras acciones,
hay participación y acuerdos para que criollos caribeños
y sudamericanos luchen en Estados Unidos. Hay que tener
presente esa parte de nuestra historia
con los Estados Unidos.
Otro tanto sucedió con la Revolución Francesa.
La Revolución Francesa está estrechamente
vinculada la Revolución Americana.
Diría
influenciada por la Revolución
Americana, porque siempre se cuenta la historia al revés.
Se olvida de modo interesado el cambio
de paradigma que significó para los líderes
de la Revolución francesa el surgimiento del
concepto de “Independencia”, “libertad
individual”, “Constitución ciudadana”, “libertad
de prensa”. “
congreso de representantes” puestos en boga en las
Américas. Condorcet escribe un libro sobre
el modus operandi de la revolución americana y explica
a sus ávidos lectores qué es la libertad
de imprenta. Hay que tener presente que algunos connotados
líderes franceses habían sido
oficiales en la expedición que guerreó por
la Independencia norteamericana. Los
Diarios de Franklin, quien fue el primer
Embajador de los Estados Unidos en Versalles, muestran la
difusión de las nuevas ideas
libertarias (montó una imprenta
en su propia casa). Jefferson, Embajador en
la víspera de la Revolución, fue un eficaz
agitador de ideas en los Salones de París, donde
se presentaba escoltado de una hermosa
negra norteamericana, que era su mujer, algo que causó escándalo
en la cuna de la “pureza de sangre”.
En esa misma época desplegaban su activismo Francisco de Miranda, Viscardo y Guzmán, Pablo de
Olavide, quienes mantenían relaciones cercanas con los representantes norteamericanos en París
y Londres.
Catorce años transcurren desde el inicio de la Revolución
americana (1776) hasta el inicio de
la Revolución en Francia (1789), y tres
años más para el cambio de régimen
(1792): la abolición de la monarquía.
Al decir Revolución
Americana, se entiende un proceso en curso todo
el continente: los agentes comerciales, las cancillerías,
los ejercitos, las armadas, los hombres
ilustrados sabían de los movimientos revolucionarios
que se producían en el sur, en particular el
de Túpac Amaru. Pero también había
agitación en México, en el Rio de la Plata,
en el Caribe. Los historiadores ingleses, por ejemplo, han estimado que
no había día en que no se produjera un
conato de resistencia en el Caribe. No había en
toda América un esclavismo resignado como tampoco
hubo una pasividad ate la opresión de los
pueblos indígenas. Había mas bien un estado de
efervescencia. Y en los archivos diplomáticos
como en los archivos de las antiguas prefecturas
de Londres, París, Roma o Cádiz
habría que investigar la actividad de las logias
y de los comites de conspiradores “españoles-americanos” que
actuaban es estos países.
El Acta de París, concebida y suscrita en aquella
ciudad en diciembre de 1797, patrocinada
por el General Miranda, contó además
con el aval de los comités de activistas e ideólogos
de la independencia que estaban en París,
Londres, y el resto de Europa. Entre ellos, se
cuentan Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, Manuel de
Solar, Sucre, Pedro José Caro, Pablo de Olavide,
y probablemente Antonio Nariño, el precursor
neogranadino. Referente a los apoyos
externos propone:
“
Una alianza defensiva formada por Inglaterra, los Estados
Unidos de América y América meridional,
se desprende fácilmente de la naturaleza
de las cosas, de la situación geográfica de cada
uno de los tres países…y del carácter
de las tres naciones, por lo que es imposible que esta
alianza no sea de larga duración, sobre todo
si tenemos cuidado de consolidarla en su forma
mediante la analogía política de los
tres gobiernos, es decir, por el disfrute de libertad civil
sabiamente entendida”
Esta Acta fue enviada a los gobiernos de Inglaterra y Estados
Unidos, a través de sus embajadores
en París, que mantenían una relación
fluida con los principales portavoces de los
independentistas hispano-americanos.
Nótese que en esta alianza no se incluye a Francia.
En 1798 los revolucionarios franceses
le proponen al General Miranda ir a derrocar una insurrección
negra, germen de la Revolución
Haitiana. El se opone, argumentando: "no
voy a ser un agente de la expansión
revolucionaria de Francia". Era claro, se había
declarado la República, pero no la liberación
de las colonias que mantenían.
Ellos eran republicanos pero no antiesclavistas o anticolonialistas. Así comenzaba el expansionismo del proceso revolucionario
que acabó instalando el Imperio Napoleónico
y una ofensiva militarista, esclavista y de conquista 11 .
Tanto Inglaterra como Francia estaban
muy interesadas en los procesos americanos por intereses
económicos y estratégicos.
Lastima por Rousseau, pues una de las embarcaciones más
conocidas de la trata negrera llevaba el nombre del ilustre pensador en los años
de Napoleón.
4. Los excluidos de la Independencia y la Libertad:
los pobres, indios, negros y mujeres
Los
primeros beneficiarons de este proceso de liberación
(parcial) fueron los sectores emergentes
de las burguesías locales y metropolitanas.
En el caso de Estados Unidos es de extremo
interés ver que el desarrollo de las fuerzas
productivas fue encarnado, sin ánimo
metafórico,
por hombres como George Washington, Thomas Jefferson, John
Adams, Madison Hamilton, es decir por
los hombres más prósperos
del país, acaudalados, propietarios de
grandes extensiones de tierras, de esclavos, e interesados
por la mecanización de la producción.
Los agricultores reclamaban que sus granos se vendieran
a muchos países y no sólo a Inglaterra,
que tenía capacidad comprar solo una
parte. Era claro que la institucionalidad inglesa, con
un monopolio comercial estricto, era una traba para el robusto
crecimiento de la economía de
las colonias americanas.
Era natural entonces que al frente de la Independencia se
pusieron entonces las cabezas económicas
del país. De esta realidad,
se desprende una estrategia política en todo el proceso
de independencia: asociar la Independencia de las colonias
a la Libertad de los individuos. Había
que romper los sistemas de trabajo serviles propios a las
monarquías para crear una fuerza
laboral numerosa en las ciudades, especialmente en las zonas
industriales del noreste norteamericano: Filadelfia, Nueva York, Boston,
donde había un crecimiento sostenido.
Era necesario pues integrar, con promesas, a los esclavos
y a los negros libertos a un proyecto
proyecto político libertario que implicaba una lucha.
En el caso de los pueblos indígenas
norteamericanas, que estaban haciendo sus propias sublevaciones
para liberarse
precisamente de los colonos americanos
que se apropiaban de sus tierras, no solamente no fueron
incluidas en los planes de Independencia
y Libertad sino que la propia Declaración
se refiere negativamente a ellos llamándoles “indios
salvajes”,
acusándoles de estar manipulados por Inglaterra.
El historiador Charles Beard en su libro An Economic Interpretation
of the Constitution estudió el
trasfondo económico de las propuestas
políticas de los 55 delegados que se
reunieron en Filadelfia en 1787 para redactar la Constitución,
vigente hasta hoy en día. La
mayoría
de ellos eran abogados, ricos en cuanto a tierras, esclavos,
fábricas y comercio marítimo.
La mitad habían
prestado dinero a cambio de intereses, y que cuarenta de
los 55 tenian bonos del gobierno. Este estudio muestra que la “mayoría
de los redactores de la Constitución
tenían interés económico
directo para el establecimiento de un gobierno federal
pujante.”
La Revolución Americana necesitaba miles de hombres
y mujeres a su servicio, los cuales
se consiguieron mediante la leva general de blancos pobres,
inmigrantes irlandeses,de negros libertos
y pardos. Se reclutaron también cocineras,
enfermeras y costureras para los cuarteles.
Muchísimos jóvenes murieron en
estas luchas, que se prolongaron hasta mediados del
siglo XIX con la conquista del Oeste y las guerras para “trasladar” a
las pueblos indios de sus lugares originales
hacía el interior del país.
El costo en vidas humanas fue enorme, sobre todo en las poblaciones
que eran víctimas de mayor discriminación.
En las ciudades floreció un numeroso
proletariado industrial, compuesto por hombres y mujeres
que trabajan 12 horas al día. La Independencia política se instaló rapidamente,
la Libertad individual se incorporó a las leyes
pero las oportunidades de progreso no eran equitativas
para todos.
Las promesas de abolición de la trata no se cumplieron,
a pesar de ser una ley aprobada por
Jefferson en 1804. La razón de las contradicciones
entre las promesas de libertad y la
realidad económica puede ser resumida de la
siguiente manera: “el apoyo a la esclavitud estaba
basado en un hecho práctico incontestable:
en 1790 el Sur producía mil toneladas anuales
de algodón; en 1860, la cifra había
subido ya a un millón de toneladas. En ese mismo período
se paso de 500 mil esclavos a 4 millones” 12 .
Con la política de los “traslados”forzados,
la población indígena fue diezmada, expoliada,
alcoholizada, y una masiva ocupación de sus tierras
dio lugar a nuevas fortunas del personal político.
Si bien es cierto que la Independencia de los Estados soberanos
tanto en el norte como en el sur se
consolidó, en materia de libertad integral
y de igualdad no se puede asegurar lo
mismo. Procesos semejantes ocurrieron con los nuevos Estados
de
la América Hispana. Los indios
de la Pampa argentina, de la Patagonia chilena, de los andes
peruanos, del Chaco paraguayo, de la
sierra mexicana, de la Amazonía
brasileña, de la selva venezonala, fueron
blanco de persecución, expoliación, y desagregación
de sus comunidades, instalándose un proceso
de colonización interna que no ha concluido
en nuestros días. También estos métodos hemos compartido con la otra América.
Para muchas mujeres, las luchas e ideales independentistas
representaron el campo propicio para
desplegar las habilidades y destrezas que eran negadas por
la estructura social existente. Además
se despertó en muchas de
ellas los primeros sentimientos por una igualdad
entre los géneros. A diferencia del Norte, donde
tuvieron una participación anónima, en el
sur es conocido el rol protagónico
que tuvieron decenas de mujeres en ese primer movimiento
emancipador latinoamericano de José Gabriel Condorcanqui,
Túpac Amaru. En primera línea, la esposa del líder de la rebelión, Micaela Bastidas.
Ella exhortó a Túpac Amaru, en una carta reveladora
de su aguda visión estratégica,
la toma del Cuzco, lo que hubiera representado un gran
golpe contra el ejército español. Seguirán
otras heroínas como Tomasa Tito, cacica de Arcos
y Acomayo, Micaela Castro, la jefa de batallones indígenas
y esposa de Julián Túpac Catara,
Bartolina Sisa, Gregoria Apaza, “la Virreina”,
entre otras. Todas ellas tuvieron una cruel muerte por parte del ejército español.
Otras, como la legendaria Manuelita Sáenz Aizpuru,
sufrieron la incomprensión de la
sociedad de entonces por encarnar todo lo que la sociedad
negaba
a las mujeres de su época: independencia
frente al dominio masculino, destreza política,
inteligencia vivaz. Promovió las
causas independentistas no solo con sus propios recursos
personales
sino participó en las acciones
de la independencia activamente, contribuyendo financieramente
y participando en los campos de batalla
como el de Ayacucho, acción por
la cual recibió el grado de Coronela del Ejército libertador.
En Norteamerica, la Independencia representó para
muchas de ellas el despertar de la igualdad
en los géneros. La situación de las
mujeres era de dependencia casi total de su entorno masculino
inmediato, además no les estaba permitido
tener propiedades, establecer contrato alguno
o recibir la misma educación que el hombre,
Esto se refleja en una carta de Abigail Adams,
dirigida a su esposo John Adams, quien fue Presidente de
la República :
“
No es posible decir que yo crea que tú eres muy generoso
con las mujeres, pues mientras proclamas
la paz y buena fortuna para los hombres, al liberar todas
las naciones, sigues insistiendo en
que los hombres mantengan un poder absoluto sobre sus esposas” (7
de mayo de 1776) 13
Estas ultimas líneas revelan la flagrante contradicción
de los protagonistas de la Independencia:
lucharon para liberar a sus naciones de un poder foráneo
pero no lo hicieron de igual modo para
liberar a sus mujeres, sus esclavos, sus sirvientes y sus
asalariados.
Conclusiones: ¿Con qué legado afrontar los
desafíos actuales?
La revolución por la Independencia y la Libertad
constiuye un momento estelar en la mundialización
del capitalismo librecambista. Cabría
preguntarse ahora cuáles son los desafíos
de la globalización del mercado hoy en día,
es decir, cuáles son los retos que tendrán
que enfrentar nuestras naciones en estos
tiempos del Bicentenarios. La primera novedad es el
surgimiento de nuevos actores de la política mundial,
un nuevo orden global que incluye a la
China, la India, Rusia, Corea del Sur, Brasil. Un estudio
prospectivo
del Banco Mundial estima que en el 2020
estos cinco países integrarán
el nuevo Grupo de los Diez . En este nuevo
esquema, no hay que perder de vista que el crecimiento
sostenido
de la China, de la India o de Rusia,
podrían resultar de interés para la
región -nótese el condicional-, si se establece
una estrategia nacional y regional común
para defender los precios de nuestras materias primas, tan
codiciadas por el mercado global. ¿Qué políticas
adoptaremos con nuestros recursos naturales, especialmente
el petroleo, el gaz y el agua?, ¿cómo
vamos a manejarlos para favorecer a
nuestras naciones dentro del ámbito del mercado global?
Juntos los países de nuestra región, resolviendo juntos los problemas que tienen pendientes entre
ellos, pueden alcanzar una autosuficiencia
energética regional, que les permita
vender sus excedentes a precios competitivos
en el mercado global. Aquí hay pues
opciones estratégicas a escoger: o un manejo de
los minerales y energéticos que conduzcan a una
prosperidad compartida o un manejo como hoy,
caracterizado por crear riquezas en el exterior y pobreza
y deterioración ecológica en el
interior.
En el escenario de que China cumpla un rol relevante en
el orden mundial , ¿cómo serían nuestras
relaciones con la China y con los Estados Unidos? Si así fuera, ¿tendríamos
entonces un acercamiento distinto con los Estados Unidos?
Veámos.
Al respecto es ilustrativo el libro " Who are we? de
Samuel Huntington 14 . Un capítulo está dedicado a los “latinos”.
Es la percepción de un agudo
estudioso de la geopolítica
sobre la primera minoría en los Estados Unidos
(donde hay en este momento 35 millones de hispanos). Allí se
sugiere que el modelo de vida de los
latinos o hispánicos resulta atrayente. ¿Será porque
tienen un espíritu gregario, una gastronomía
condimentada, bailan salsa, tango, saben cantar, tienen
sentido de la familia, les interesa
la cultura y la política, son católicos
y receptivos a la interculturalidad, etc ?.(perdonen por
los estereotipos, pero así nos perciben..) Se
produce así una mezcla entre culturas, que incluye
un gran número de matrimonios mixtos, que
da orígen a un fenómeno de mutuas influencias.
Y estos 35 millones mueven 10 mil millones de dólares
semanales entre viajes, comidas, discos,
ropa, estilo de vida, etc. Es por esto que Samuel Huntington,
antiguo Consejero del Departamento de
Estado, considera que Estados Unidos es hoy no solamente angloamericana,
sino también hispanoamericana y bilingüe. ¿Eso
nos autoriza a pensar que Nuestra América
ya forma parte de los Estados Unidos o que los Estados Unidos
ya forma parte de Nuestra América?
.¿El Panamericanismo no
fue un ideal de los Padres de la Independencia
del Sur y del Norte?
Otro desafio crucial es la reducción de la pobreza.
En un continente marcado por una brecha
de desigualdad, la conflictividad social es muy grande.
Efecto de ello es una institucionalidad
deficiente y volatil. Tenemos instituciones
que no duran mucho tiempo, gobiernos
que no concluyen sus mandatos. En varios países,
el 40% de la población sobrevive en
la franja de la “pobreza extrema”. Así no
es seguro que lleguemos al 2030, en razón de las conmociones
sociales y de violencia que se producirían.
En este siglo han habido ya 4 crisis que han
derrocado gobiernos legales. No apostar por el cambio y
la innovación sería una negación al
mensaje de libertad, equidad y equidad que nos dejaron pendientes,
como metas a alcanzar, las gestas inconclusas
de la Independencia. Tenemos que efectuar cambios estructurales, crecimiento
con equidad, redistribución, fomento
de la participación social a través de la
vida asociativa, movilizar las fuerzas
innovadoras y creativas de la sociedad. Habría que
rediseñar el modelo de desarrollo
económico, social y cultural:
Un
reto de extrema importancia es también la preservación
de la biodiversidad y el uso adecuado
de los recursos acuíferos. Se ha comprobado
que no hay suficiente agua en el mundo y
que los complejos ecosistemas de nuestro planeta están
al borde del colapso. Las guerras futuras
van a ser guerras por el agua, y por la apropiación
de la biodiversidad. Nuestra región tiene el 40% de la biodiversidad planetaria: están
en el Chaco, la Amazonía, en los pisos ecológicos
de los países andinos, en los bosques
de Costa Rica, de México. Nuestra región forma
parte del exclusivo Grupo de los Doce, que son los doce
países con la mayor biodiversidad
planetaria.
A pesar de esto, en la región existen graves carencias
en la gobernabilidad del medio ambiente,
en el manejo adecuado de los recursos hídricos y
el desarrollo sostenible. Es necesario,
que el Estado asuma un papel más activo en la resolución de
conflictos entre los intereses privados y los bienes que
por su naturaleza pertenecen al conjunto
de la nación. En este mismo momento, en
la Amazonía una especie de árbol desaparece
cada día debido a la tala indiscriminada,
los ríos en los Andes son contaminado por relaves
mineros y en las selvas de Costa Rica los campos de cultivo
industrial desplazan la flora tradicional
existente. Problemas como estos y el recalentamiento de
la tierra ciertamente que no estaban
en la agenda de la Independencia, pero los indios del norte
tenían mucha razón cuando luchaban
por el respeto y la preservación de la naturaleza:
el agua, el viento, la tierra. Ya un jefe Sealth
le dijo al presidente Pierce: “¿Cómo
se puede comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea es extraña
para nosotros.”
Quisiera terminar señalando la importancia del diálogo
entre nuestros pueblos, el poder de
la interculturalidad. La globalización ha generado
una reacción afirmativa de los pueblos en
términos
culturales, que estimula una lectura cultural –que
ha estado ausente muchas veces- de la
historia y la política. Hay un reconocimiento
a la identidad plural, abierta a la diversidad y a la
afinidad. Una lectura intercultural de la Independencia
se hace necesaria.
Interculturalidad que estuvo encarnada
en algunos de nuestros próceres.
El historiador Hugo Chumbita realiza una
lectura de este tipo a propósito de la identidad étnico-social
real de algunos líderes de la independencia. Su investigación muestra, documentos
en mano, que José de San Martín era hijo de
una joven guaraní de Yapeyú; Bernardo O’Higgings
tenía por madre una distinguida joven de origen
tehuelche (la familia Riquelme) y Simón Bolívar,
Bernardo Monteagudo, Micaela Bastidas tenían
orígenes afro-americanos. Esto ayudaría
a explicar determinadas decisiones de estas personalidades
relacionado a los pueblos sometidos de América 15 .
Una expresión de esta lucha por una interculturalidad
democrática se encarna
hoy en la figura de un Jefe de Estado de orígen
aymara.
Hay otras señales interculturales alentadoras. La
lengua española será hablado por 700
millones hacia el 2020. Brasil se ha propuesto para ese
año
ser un país bilingüe: hablar español
y portugués, y para eso preparan a más de
25.000 profesores. Hay pues cambios geopolíticos
en la región, con una nueva generación de
líderes políticos, llevando adelante procesos
innovadores, tratando de consolidar la estabilidad institucional.
Se
trata de encaminar, en lo posible, una
gestión política
visionaria y de largo plazo. Gobernar es saber. Gobernar
es prever 16 .
Ahora que se rompen muchos paradigmas de la Modernidad,
que nuevas propuestas
epistemológicas se ofrecen en el mercado del conocimiento,
que tradiciones ancladas en viejos hegemonismos
compiten con saberes y técnicas venidos
de otras tradiciones civilizatorias,
nuevas visiones surgen en este terreno abonado para el
cambio y
la innovación. Se rescatan saberes
como la sabiduría estratégica china,
la sagesse africana, el Arthasastra Hindú 17,
que se suman a teorías contemporáneas de
la complejidad (Edgar Morin) y el caos (Ilya Prigogine),
la moral en la economía (Amyrtia
Sen), entre muchos otros, que nos pueden brindan una ocasión de cotejar nuestras propias tradiciones intelectuales, experimentales
y creativas en aras de repensar nuestro
papel en el mundo global y revisar nuestros propios procesos
regionales y nacionales. Hoy mismo ante
nosotros se llevan adelante en diversos países proyectos
que tienen dimensiones estratégicas,
que son proyectos nacionales singulares que difícilmente entran
en las categorías sociológicas convencionales
y que forman parte de nuestra tradición experimental.
De que en Chile y Argentina una mujer asuma la Presidencia
y en Bolivia un aymara, es también
una significativa apertura en tiempos interculturales.
¿
Qué aprendizaje hemos hecho de dos siglos? Ya sabemos
que en este proceso inconcluso quedan
pendientes demandas a satisfacer en los campos sociales,
políticos, etno-
culturales y de género, y que la equidad y la justicia
social siguen siendo reclamos mayores de
los movimientos populares. También la historia registra
que la primera colonia en independizarse
ha logrado, en menos de 150 años, convertirse en
la primera potencia mundial, lo que es una
novedad en la historia de la humanidad. Y recordar siempre
en la geopolítica de los poderes, la Independencia y la Autodeterminación de los pueblos
nunca se logran de una vez y para siempre, sino
que es una tarea permanente. Pero no hay que olvidar que
en la región estamos hoy en un proceso de cambios, de autodeterminación y de construcción
creativa.
En nuestra América late siempre una alteridad política,
económica y cultural, un campo abonado
para la innovación y la experimentación
basada en su propia realidad i
, tradición
plenamente vigente hoy en día si se observan con
atención los diversos procesos políticos que afloran
en la región: Venezuela, Bolivia, Brasil,
Argentina, Nicaragua, Cuba, Uruguay, Chile, Ecuador,
donde en medio de tensiones entre fuerzas políticas
creativas y fuerzas proclives a la repetición
surgen al igual vías alternativas 18 ,
propuestas societales innovadoras, medidas económicas
endógenas, estratégias asimétricas,
democracias abiertas a la diversidad étnica y de
género que buscan escapar a los modelos hegemónicos
impuestos y experimentar caminos propios
para alcanzar la justicia social, la equidad económica
y darle a la democracia un contenido
real.
(Paris/Lima diciembre 2007) : e.montiel@unesco.org )
1 Un
vasto proyecto de conservación del Qapac Nam
, propuesto por los países andinos, está en
curso de evaluación
por la UNESCO para ser declarado Patrimonio Mundial
de la Humanidad. volver
2 En
la Ética a Nicómaco, por ejemplo,
Aristóteles menciona que ‘la vida teórica
es la finalidad del hombre virtuoso’(X,
7, 1117ª10). volver
3 Montiel, E. El
Humanismo Americano. FCE. Lima 2000 volver
4 Hugo
Chumbita. Hijos de la Tierra. Emecé Editores.
Buenos Aires 2004. 295 pp. volver
5 Basil
Hall, El impacto de San Martín en el Perú,
Memorias del Jefe del escuadrón de la Real
Armada en el Pacífico.
UNESCO, Lima 1998. volver
6 Edgardo Mondolfi, Testigos Norteamericanos de la
expedición de Miranda.
Monte Avila Editores. Caracas
1992. Contiene testimonios de tres participantes: John Sherman, Moses Smith y
Henry Ingersol. volver
7 Besil Hall, El Impacto de San Martín en el Perú, Memorias del
jefe
del escuadrón de la Real Armada Británica
en el Pacífico. UNESCO. Lima 1998. volver
8Robert Freeman Smith. The American Revolution and Latin America. An Essay in
Imagery, Perception and
Ideological Influence. Journal of Interamerican Studies and World Affairs. Vol.
20, n. 4, nov. 1978. pp. 421-444 volver
9
Este “juego de influencias y de intereses” es
bastante complejo,y constituye el tema del volumen colectivo
La
France et les Amériques au temps de Jefferson et
de Miranda reunido por
Marcel Dorigny y Marie-Jean
Rossignol. Société des Etudes Robespierristes, Paris 2001. volver
10 Carmen
Bohórquez, Francsico de Miranda. Precursor de las Independencias
de la América Latina. Fundación
editorial El perro y la rana, Caracas 2006 volver
11 Yves Benot. La démence coloniale sous Napoléon.
La Découverte. Paris 2006. volver
12 Howard Zinn. La Otra Historia de los Estados Unidos.
Ediciones. Las Otras Voces. España 2005. volver
13 Opus cit. volver
14 Samuel P. Huntington. Who are we ? The Challenge to America’s
National
Identity. Simon & Schuster. New
York 2004, 488 pp. volver
15 Chumbita, op. cit. volver
16 Edgar Montiel, Gobernar es Saber. FCE. Lima 2005, 103 pp. volver
17 Kautilyan. Arthasastra. Traité de Politique. Editions du Felin, Paris
1998, 155 pp. Han Fei. El Arte de
Gobierno (escrito quinientos años antes de Cristo). Existe edición
en español.
18 La riqueza y variedad de los planteos y movimientos alternativos lo han recogido
Hugo E. Biagini y
Arturo A. Roig en tres volumenes dedicados al Pensamiento Alternativo en Argentina
y América
Latina, publicado en Buenos Aires (editorial Biblos 2004). volver
|